Antes de ingresar a la Comisión VII de la Cámara de Representantes, el conservador Alexánder Quevedo fue visto conversando con el presidente de Colpensiones, Jaime Dussán, uno de los más activos del Gobierno para abordar congresistas. El tema de la charla no trascendió.
Minutos después, el congresista llegó al recinto de la célula legislativa y con su presencia se completó el quorum —el debate estuvo a punto de ser suspendido una vez más— para comenzar a discutir la reforma laboral, que hasta este jueves era la iniciativa del gobierno de Gustavo Petro más enredada.
Todo intento por iniciar la discusión era frustrado por la falta de quorum en medio de la operación tortuga en el Congreso liderada por la oposición y sectores independientes para impedir el avance de los proyectos del Gobierno.
Debate reforma laboral este jueves Foto:Ministerio del Trabajo
“Debo retirarme dejando la constancia de que, obviamente, por decisiones del partido no debo participar en lo que viene de la discusión de la reforma laboral. No es quedarme en la casa, no es no venir. Es venir y poner la cara como lo debemos hacer”, les dijo Quevedo a sus compañeros de Comisión una vez se inició el debate.
Precisamente ayer quedó en firme la suspensión a Quevedo por haber firmado la ponencia positiva el 17 de mayo. La veeduría lo sancionó por 90 días sin voz ni voto por ir en contra de las directrices de las directivas de su colectividad. La medida solo se notificó oficialmente ayer porque el representante interpuso una tutela para evitar la sanción, pero esta no prosperó. Y las directivas del partido no se quedaron quietas. Les quitaron el aval a los candidatos de Quevedo en Guaviare. EL TIEMPO se comunicó con el congresista, pero este aseguró que solo se pronunciaría este viernes.
Sin Quevedo en el debate, comenzaron a votarse los impedimentos y los aliados del Gobierno aprobaron, en un hecho inusual, los de los liberales Germán Rozo y Hugo Archila, así como el del representante de ‘la U’ Camilo Ávila, quienes según lo expresado por los jefes de sus colectividades no acompañarían el proyecto oficial.
El hecho fue calificado como una jugada para reducir el quorum, ya que ahora para iniciar el debate necesitan mínimo 10 congresistas y si eventualmente están los 18 necesitarían 10 para aprobar cada artículo.
El Gobierno ya tiene seguros los 4 del Pacto Histórico y podría sumar apoyo de quienes votaron a favor de la reforma de la salud en esa Comisión: dos ‘verdes’, dos curules de Paz, uno de Comunes y la liberal María Eugenia Lopera. Con estos votos tienen para aprobar la reforma. Ya el ministro del Interior, Luis Fernando Velasco, había anticipado desde el martes que “ya tenían los votos”.
Llama la atención que a Agmeth Escaf, del Pacto, le fue rechazado su impedimento, el cual era similar al de Archila. Ambos argumentaban tener familiares “dentro de los grados de consanguinidad y afinidad”. “Mafe, explícanos por qué rechazaste el impedimento de Escaff y aprobaste el de Archila, si eran prácticamente idénticos. ¿Para sacar a Archila del debate por qué no iba a votar contigo?”, le preguntó Andrés Forero, del uribismo, a María Fernanda Carrascal, del Pacto y coordinadora ponente.
“Lograron, irregularmente, mayorías para la laboral votando impedimentos prácticamente idénticos de forma distinta. Democracia a la medida”, agregó.
El presidente Gustavo Petro en el acto de radicación de la reforma laboral. Foto:Presidencia
Además de la polémica por los impedimentos, también se cuestionó que el representante Víctor Salcedo, ‘de la U’, fue recusado el 6 de junio para participar en la discusión pero solo hasta ayer el caso fue enviado a la Comisión de Acusación. Esto impidió que expusiera la ponencia alterna y finalmente se aprobó el texto oficial.
La jornada de ayer causó varias reacciones, entre ellas la del Consejo Gremial, quien en un comunicado advirtió que “la aprobación viciada de hoy de impedimentos, recusaciones y los informes de ponencias, con una conformación del quorum y una votación con varias dudas legales, no pueden ser el precedente de cómo será votada el resto de la reforma”.
Para que la reforma quede viva debe ser aprobada en su primer debate antes del fin de la legislatura, que es el siguiente martes.
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