Noticia

Una inyección de esperanza

Realizado en un departamento duramente castigado por acción de los violentos, el Mono Núñez es una inyección de esperanza.

Actualizado:

SEÑOR DIRECTOR:

El fin de semana se celebró en Ginebra, Valle, la edición No. 50 del Festival de música andina colombiana Mono Núñez. Realizado en un departamento duramente castigado por acción de los violentos, el evento es una inyección de esperanza, una invitación a conectarnos con nuestros orígenes y tradiciones, un espacio de convivencia ejemplar que nos demuestra que los colombianos tenemos un corazón grande, que el orgullo patrio corre por nuestras venas, que deseamos dejar atrás la polarización para que nuestro país salga adelante. 

Una sincera felicitación para los organizadores por su tenacidad y excelente gestión; un agradecimiento para Ginebra por su hospitalidad y la amabilidad de su gente.

Juanita Casas Carvajal

Los niños víctimas de la violencia

SEÑOR DIRECTOR:

Ningún niño o niña puede o debe pagar el precio de la vida delincuencial de sus padres. ¿Y los niños, miles, que quedaron huérfanos? ¿Y las niñas y niños torturados, abusados, asesinados, sometidos a toda clase de violencia y tantos desaparecidos, niños y niñas que todos los días son destruidos ante nosotros? ¿Ellos, víctimas inermes, inocentes, sin voz, sin rostro, sin justicia?

Celeste nos estremece las entrañas. Lo mismo Sara Sofía, que nunca se encontró y así miles de niños víctimas de las guerrillas, de la delincuencia, el 90 % de ellos víctimas de su “entorno familiar”.

¿Ellos? Es mejor no preguntar, para no escuchar y o leer las mismas declaraciones de siempre sobre el peso de la justicia (que aquí la mayoría de las veces es peso pluma), y aquel reiterativo de “ir hasta las últimas consecuencias”...

“Hijos e hijas de la violencia”… ¿Queda “bien”?

Ilse Bartels L.

Prioridades campesinas

SEÑOR DIRECTOR:

El domingo 2 de junio Colombia celebró el día del campesino. No hubo, como en los años anteriores, mucho entusiasmo. Y es que el sector agropecuario en general y los campesinos, en particular, aún anhelan del presente gobierno el inicio de una nueva reforma agraria, ya que la del año 1936, en el Gobierno de Alfonso López Pumarejo, quedó desactualizada.

Fue una reforma para mejorar la distribución de tierras e impulsar el campo colombiano que, hasta hoy, continúa en crisis.

En el caso del sector agropecuario y de los campesinos hay que mencionar la problemática de falta de políticas para disminuir el precio de los insumos agropecuarios; de mejores vías para la movilización de las personas y el transporte de alimentos. Y el programa de “placa-huella”, que se está ejecutando en algunas partes, pero hacen falta más recursos. Urge la reducción de los intermediarios.

Son demasiados los graves problemas de Colombia como inseguridad, el desempleo, la creciente desigualdad económica y social; la falta de medidas que mejoren los servicios en los sistemas de salud y la prevención de enfermedades. Además de la ausencia de una política que beneficie sustancialmente las condiciones en general del sector agropecuario y de los campesinos.

Jorge Giraldo Acevedo

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