Ciertamente, la región tiene el potencial para liderar la transición energética en el país gracias a sus abundantes recursos renovables, que pueden ser aprovechados de manera sostenible para generar energía limpia y reducir la dependencia de los
combustibles fósiles.
Según Ingrid Oliveros Pantoja, ingeniera electricista, profesora del departamento de Ingeniería Eléctrica de la Universidad del Norte (Uninorte) y líder del grupo de investigación en sistemas eléctricos (Gisel), se pueden explorar las energías solar y eólica.
En el primer caso, la región posee un clima favorable, con una alta radiación solar durante gran parte del año. “Esto crea condiciones propicias para el desarrollo de proyectos de energía solar a gran escala”, señala Oliveros.
Además, el Caribe cuenta con un potencial eólico significativo, en especial a lo largo de la costa y en las zonas marítimas cercanas. Los parques eólicos ‘offshore’ y terrestres podrían ser instalados para aprovechar los vientos constantes y generar energía renovable.
En resumen, “el Caribe colombiano puede encabezar los procesos de transición energética en el país si aprovecha sus recursos renovables, fomenta el desarrollo económico y promueve la sostenibilidad ambiental”, asegura la experta.
Eso requiere de una planificación estratégica, inversiones adecuadas, marcos regulatorios favorables y la colaboración entre el sector público, el sector privado y las instituciones académicas, para impulsar la investigación y la formación en energías renovables.
Ventajas del territorio
Además, según la Hoja de Ruta del Hidrógeno en Colombia, la zona del país con mejores condiciones para la generación de hidrógeno verde es La Guajira.
“Sus niveles de radiación solar y patrones de viento permitirán a menor costo la generación de energía eléctrica renovable necesaria para la producción de hidrogeno verde”, destaca Juan Gabriel Fajardo Cuadro, Doctor en Ciencias Técnicas y profesor de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Tecnológica de Bolívar (UTB).
En este sentido, Laura Torres, asociada de EMI de Baker McKenzie, también destaca el gran potencial en diversas áreas de la transición energética que tiene la zona, tales como: “la generación de energía renovable, el desarrollo y uso de infraestructura portuaria, la producción y exportación de hidrógeno (‘hub’ logístico), la implementación de mecanismos de captura, utilización y almacenamiento de carbono en las industrias de la región, así como en la implementación de mecanismos que permitan a los consumidores tener control de su generación, pero, también, de la energía que consumen y cómo se utiliza”, dice.
La producción de energía es clave en el cambio climático. Foto:iStock
Algunos retos
Existen desafíos que se deben abordar para la implementación de proyectos de transición energética en el Caribe colombiano; la docente Oliveros señala algunos:
Infraestructura adecuada: se requiere inversión en la construcción y mejora de redes eléctricas, almacenamiento de energía y tecnologías de gestión de la demanda para garantizar una transición fluida y eficiente.
a financiamiento: los proyectos de energías renovables requieren inversiones significativas. Es fundamental fomentar la colaboración público-privada y explorar opciones de financiamiento de inversión extranjera.
Marco regulatorio: es necesario establecer políticas, incentivos y regulaciones que promuevan y faciliten la adopción de energías renovables, brindando certidumbre a los inversores y desarrolladores de proyectos.
Aceptación de las comunidades: asegurar la aceptación y el apoyo social es fundamental para el éxito de los proyectos de transición energética. La falta de información y comprensión sobre los beneficios de las energías renovables, así como posibles preocupaciones ambientales o sociales, pueden generar resistencia. Es importante involucrar y educar a las comunidades desde las etapas iniciales del proyecto, promoviendo la participación y la transparencia.
Capacidades técnicas y talento humano: la implementación de proyectos de energías renovables requiere de personal capacitado en diseño, instalación, operación y mantenimiento de las nuevas tecnologías. Es necesario fomentar la formación y especialización en energías renovables para garantizar el éxito y la sostenibilidad de los proyectos.
En vista de esto, agrega Fajardo, de la UTB, las universidades del Caribe “deben actualizar sus currículos y procurar que sus investigaciones en el área energética sean aplicadas en sus áreas de influencia, con el objeto de que tanto los estudiantes como los docentes sean actores importantes y facilitadores de los procesos que demandará la transición a formas renovables y usos más eficientes de la energía”.
Un trabajo de todos
A pesar de que Colombia se ha posicionado como un país líder en materia de transición energética, ponerla en marcha requiere que exista una decisión y compromiso de todos los actores de la sociedad.
Se debe establecer regulaciones, impulsar la cooperación público-privada, asegurar la disponibilidad de financiamiento y dar ejemplo de liderazgo en el uso de energías limpias: Ingrid Oliveros
En lo que respecta al desarrollo de proyectos de generación de energía renovable, “la implementación del nuevo mecanismo de asignación de puntos de conexión es un reto para la financiación de proyectos”, asegura Torres, asociada de EMI de Baker McKenzie.
Y aclara que hay que considerar otros retos, incluyendo “la exposición al riesgo cambiario derivada del costo en dólares de insumos para la transición energética, así como el alza en las tasas de interés que ha impactado la financiación de la banca local”. La experta también declara que la transición energética genera una oportunidad para que los consumidores puedan involucrarse directamente en su consumo de energéticos.
De acuerdo con Oliveros, para lograr el compromiso de todos los actores de la sociedad en la transición energética del Caribe colombiano, es necesario promover la conciencia ambiental y educar a la población sobre las energías renovables.
“Se debe trabajar en varios ejes, como establecer políticas y regulaciones favorables, impulsar la cooperación público-privada, asegurar la disponibilidad de financiamiento y dar ejemplo de liderazgo en el uso de energías limpias. Estas acciones conjuntas contribuirán a construir una sociedad comprometida con la transición hacia fuentes de energía más sostenibles y respetuosas con el medioambiente”, señala la docente de Uninorte.
Por su parte, Fajardo, de la UTB, advierte que “deberíamos tener un mayor compromiso con el uso eficiente de la energía al momento de cocinar, refrigerar los alimentos, climatizar e iluminar los espacios, lavar y planchar la ropa, trabajar y entrenarnos en nuestros hogares”.
A nivel industrial, dice el experto, el compromiso con la transición y la eficiencia energética debe empezar por identificar los componentes de mayor consumo del proceso productivo, cuantificar sus verdaderos potenciales de recuperación de eficiencia y programar los ajustes en los procesos, teniendo en cuenta la relación costo-beneficio de estos.
Hidrógeno: la clave para la descarbonización energética
En un mundo cada vez más consciente del cambio climático y la transición hacia fuentes de energía sostenibles, el hidrógeno se ha convertido en un protagonista crucial en la descarbonización de diversas áreas de la industria.
El hidrógeno, un gas ligero y altamente energético, se presenta como una solución clave en la búsqueda de alternativas limpias para satisfacer las necesidades energéticas del futuro. En este contexto, Promigas destaca la importancia de los diferentes tipos de hidrógeno según su origen y proceso de producción. Esta fuente energética de bajas emisiones, que produce menos de 4 kg de CO2 por cada kg,
se está convirtiendo en un referente fundamental en la búsqueda de la sostenibilidad.
Su estrategia en torno al hidrógeno es ambiciosa y se centra en cuatro áreas clave: movilidad eléctrica, producción descentralizada, transporte y distribución en redes de gas natural, y generación distribuida.
Uno de los hitos más notables es su piloto de hidrógeno verde, lanzado en 2022 en Cartagena, un proyecto pionero inyecta hidrógeno verde en la red de gas natural, reduciendo la huella de carbono y contribuyendo al desarrollo de tecnologías clave, gracias a un potencial de producción de hasta 18 toneladas al año.
De acuerdo con Promigas, las principales condiciones habilitantes necesarias para tener proyectos de mayor capacidad y escala son:
Los sandbox o areneros regulatorios utilizados en el mundo para introducir de manera controlada nuevos energéticos o nuevos modelos de negocio en energía.
Hoy la regulación no permite una operación comercial de mezclas de hidrógeno y gas natural, y el reglamento técnico, aunque no mencionahidrógeno, ite desviaciones de parámetros de gas natural que en la práctica impiden llevar a cabo mezclas de hidrógeno de proporción relevante.
En Colombia se han extendido los beneficios de la Ley 1715 de 2014 al hidrógeno, pero existen dos limitaciones. Por un lado, la exigencia de utilizar exclusivamente fuentes no convencionales de energía renovable(FNCER), sin reconocer que la energía de hidroeléctricas es también renovable; y de otra parte, la brecha de competitividad actual del hidrógeno frente a combustibles fósiles es mucho más alta, por lo que losestímulos son insuficientes.
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