Los derechos fiduciarios son una figura legal que permite a los inversionistas adquirir un porcentaje de un activo inmobiliario.
Son una alternativa a la compra tradicional de propiedades para arrendar, ya que genera rentabilidad sin preocuparse por arrendadores, gastos istrativos, impuestos, mantenimiento de los inmuebles y otros aspectos.
En esencia, los derechos fiduciarios surgen de un acuerdo conocido como fideicomiso, en el cual una persona o entidad (fideicomitente) transfiere la propiedad o control de ciertos bienes a un fiduciario, quien tiene la obligación legal de istrarlos en beneficio de un tercero (beneficiario).
Este esquema puede aplicarse a diversos escenarios, desde la gestión de herencias y fondos de inversión hasta proyectos empresariales complejos.
Las claves
No importa la ubicación del inversionista, pues desde cualquier parte del mundo se puede invertir en una propiedad a través de derechos fiduciarios, sin tener que preocuparse por los aspectos logísticos de la gestión inmobiliaria, como el mantenimiento de los bienes o la atención a los arrendatarios
Los involucrados son:
Fideicomitente: Es quien establece el fideicomiso y aporta los bienes o activos que serán istrados. Puede ser una persona física, una empresa o una institución.
Fiduciario: Es la persona o entidad encargada de gestionar los bienes del fideicomiso. Tiene el deber legal y ético de actuar en el mejor interés del beneficiario.
Beneficiario: Es quien recibe los beneficios derivados de los bienes istrados. Pueden ser individuos, grupos o incluso causas específicas, como organizaciones benéficas.
Arriendos en Colombia. Foto:Fotomontaje a partir de imagen de iStock
Los derechos fiduciarios tienen una amplia variedad de aplicaciones como la patrimonial ya que muchas personas utilizan fideicomisos para garantizar la distribución ordenada de sus bienes tras su fallecimiento, evitando conflictos familiares y optimizando los beneficios fiscales.
También está la de inversión y en este contexto, los gestores de fondos actúan como fiduciarios, istrando el capital de los inversionistas en busca de rendimientos.
Los fideicomisos empresariales se utilizan para garantizar la ejecución de proyectos específicos, como desarrollos inmobiliarios o financiación de infraestructuras.
Esta herramienta poderosa para la istración de bienes y la protección de intereses de terceros. Aunque su implementación puede ser compleja, ofrecen importantes beneficios tanto en el ámbito personal como en el corporativo.
Entender cómo funcionan y cómo pueden aplicarse es esencial para aprovechar al máximo esta figura jurídica, asegurando una gestión eficiente y alineada con los objetivos de quienes los establecen.
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