El pasado viernes 16 de febrero, Paul McCartney, integrante de la legendaria banda inglesa ‘The Beatles’, informó a sus fans a través de un comunicado que se había reencontrado, contra todo pronóstico, con su bajo eléctrico Höfner 500/1, que le habían robado hace más de 50 años.
El icónico instrumento fue creado en 1961 y tiene forma de violín. McCartney lo compró por $38 USD en Hamburgo, Alemania.
“Como yo era zurdo, el bajo se veía mucho menos torpe en mis manos que los otros, pues era simétrico. Eso me gustó, y desde que lo compré me enamoré de él”, declaró el artista en una entrevista. El instrumento se puede escuchar en canciones como ‘Love Me Do’, ‘Twist and Shout’ y ‘She Loves You’.
No obstante, la última vez que fue visto con él fue en 1969, hace 55 años, luego de grabar ‘Get Back’, durante las sesiones de ‘Let It Be’ en Londres. Poco tiempo después, se confirmó que el bajo había sido robado.
Pero los fanáticos de la banda, fieles como pocos, crearon ‘The Lost Bass Project’ (el proyecto del bajo perdido), una misión colectiva para ayudar al músico a reunirse con su amado instrumento.
El proyecto de los fanáticos creció tanto que llamó la atención de los medios internacionales, y logró que incluso Höfner se volviera parte de la búsqueda. Después de hablar con McCartney, el presidente de Höfner, Nick Wass, contrató al periodista Scott Jones, para que los ayudara a dar con el paradero del bajo.
La búsqueda empezó en 2022, y estuvo estancada mucho tiempo, pero en septiembre de 2023, Wass y Jones hicieron un relanzamiento del correo. La respuesta fueron “más de 600 emails, que contenían las pequeñas gemas que nos llevaron a donde estamos hoy”.
Uno de los correos fue enviado por Ian Horne, ingeniero de sonido que trabajó con la banda ‘Wings’, donde estuvo McCartney. En él, Horne dijo que el bajo había sido robado de la parte trasera de su van en Notting Hill, Londres, en 1972. “He sentido culpa toda mi vida”, dijo el ingeniero, aunque Paul le había dicho que no se preocupara.
Otro correo era de un hombre que confesaba que se había enterado de que su padre lo había robado, acción que lo había tenido a él y a su familia en pánico toda tu vida, por lo que quería contar los detalles. El ladrón, que no fue nombrado, le vendió el instrumento a Ron Guest, dueño del bar iral Blake, por unas cuantas libras esterlinas y algunos vasos de cerveza.
Guest le heredó el bajo a su hijo mayor, quien después murió en un accidente automovilístico. Luego pasó a manos del hijo menor, Haydn Guest, quien también murió en 2020, así que el bajo, cuya procedencia ya era poco menos que un mito, quedó en manos de su esposa, Cathy Guest.
Cuando los internautas se enteraron de los postulados de los correos, se comunicaron con Cathy, quien se comunicó inmediatamente con el estudio de Paul McCartney y reconoció que el bajo de las fotos se parecía al que le heredó su esposo, y que llevaba guardando en su ático por años.
En diciembre, le devolvieron el instrumento a Paul, pero el proceso de autentificación tomó dos meses. Ya verificado que era el verdadero, el Lost Bass Project planeaba hacer un comunicado exclusivo, pero les ganó la carrera el hijo de Cathy, Ruaidhri Guest, un estudiante de cine de 21 años.
“Heredé este ítem, que ya ha sido devuelto a Paul McCartney. Compartan la noticia”, publicó Ruaidhri en X el pasado viernes.
“El bajo ya fue autenticado por Höfner, y Paul está increíblemente agradecido con todos los involucrados”, se puede leer en el comunicado oficial publicado en el sitio web del artista, paulmccartney.com.
ALEJANDRO VICTORIA TOBÓN
REDACCIÓN ALCANCE DIGITAL
EL TIEMPO
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