El proyecto que ayuda a rehabilitar en zonas de conflicto
Ha beneficiado a más de 28.000 pacientes y 32 hospitales públicos de la mano de USAID y la OIM.
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La violencia del conflicto armado azotó por muchos años al municipio de Buenos Aires, ubicado en el departamento del Cauca. Esto dificultó la prestación de todo tipo de servicios de salud, como el de rehabilitación física y mental.
Por ello, la líder social Elba Zamora, del corregimiento de La Balsa, ubicado en Buenos Aires, considera que la apertura de este servicio el año pasado fue una de las mejores cosas que le pudieron pasar no solo a su territorio, sino también a su familia.
Y es que el hijo de Elba padece una discapacidad que precisa de atención médica: “Antes me tocaba llevarlo a Cali, lo que nos costaba 200.000 pesos en transporte particular”, recuerda la líder social.
Sin embargo, esta situación, que afectaba la economía doméstica y la calidad de vida de toda la familia, cambió con la apertura del centro de rehabilitación en Buenos Aires, en la que Elba participó activamente movilizando el grupo de adultos mayores de La Balsa.
“Esto ha sido una maravilla. Ya se está cumpliendo un año de la prestación de este servicio, y ha sido lo mejor que nos ha podido pasar aquí en La Balsa e incluso en municipios aledaños, como Suárez, de donde también viene mucha gente. Yo vivo muy agradecida porque esto nos mejoró 100% la vida”, cuenta Elba.
El impacto es notorio en toda la comunidad. La fisioterapeuta, que se encarga de la rehabilitación física, atiende entre 8 y 12 pacientes cada día. Por su parte, la persona encargada del área psicológica para la rehabilitación mental ha tenido un papel clave para apoyar a los profesores y estudiantes de Buenos Aires.
Pero ¿cómo fue posible sacar adelante un servicio que le cambió la cara a este municipio golpeado por la violencia?
Un proyecto que mejora vidas
El proyecto se enmarca en el Programa de Fortalecimiento Institucional para las Víctimas (VISP) de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en inglés), que ha sido implementado por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), junto al Ministerio de Salud y Protección Social.
Dicho proyecto ha ayudado establecer servicios de rehabilitación física y mental en 32 hospitales públicos del país, 22 de los cuales son territorios priorizados por el Gobierno nacional como parte de los Programas de Desarrollo con Enfoque Territorial (PDET), creados por el Acuerdo de Paz.
Para esto, USAID y la OIM han adecuado, dotado e instalado equipos de alta tecnología y servicios relacionados con la rehabilitación, como fisioterapia, fonoaudiología, terapia ocupacional y psicología, en los hospitales públicos de 32 municipios.
Durante los años de su implementación, el proyecto ha beneficiado a personas con discapacidad, víctimas del conflicto y población en general, especialmente a los habitantes de municipios alejados de las grandes ciudades que han padecido los horrores de la violencia y que, además, no tenían un fácil a este tipo de servicios.
Cabe resaltar que el proyecto también ha fortalecido cinco hospitales de mediana complejidad y uno de alta complejidad. Igualmente, se ha trabajado en la cualificación de profesionales de la salud y se han establecido más de 114 convenios para dar sostenibilidad a los servicios de rehabilitación.
En total, se han instalado 1.400 metros cuadrados de áreas de rehabilitación. Así, solamente en el 2021, han sido atendidos más de 28.000 s con más de 250.000 sesiones de rehabilitación física y mental.
Es preciso destacar que el proyecto también ha mejorado las infraestructuras de los hospitales públicos, lo que ha permitido desarrollar procesos y procedimientos de calidad no solo para la rehabilitación, sino también para otros servicios.
La comunidad se apropia
Las acciones del proyecto no solo están orientadas a sanar el cuerpo, sino también a generar acciones que les permitan a las personas cumplir sus proyectos de vida.
Las comunidades lo han entendido así. Por ello, líderes y lideresas sociales se han involucrado para fomentar el uso y la sostenibilidad de estos servicios.
De hecho, en el contexto del proyecto, se ha creado un diplomado sobre participación social en salud y rehabilitación que ha permitido generar una red de líderes que ayudan a las personas a conocer los servicios e impulsan a los hospitales a prestarlos de manera continua.
Con estos avances, el proyecto ha contribuido al proceso de rehabilitación en los territorios afectados por el conflicto, en consonancia con los objetivos trazados por la Organización Mundial de la Salud en la Estrategia de Rehabilitación 2030.
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