La Cámara de Comercio de Bogotá realizó el conversatorio ‘Retos y oportunidades en un escenario pospandemia’, un espacio en el que se abrió un diálogo en torno a los desafíos que debe enfrentar el sector productivo tras la emergencia sanitaria generada por el covid-19.
El evento, que fue transmitido en vivo a través de los canales digitales de la CCB, el CESA, de El Tiempo y Portafolio, contó con la participación de Nicolás Uribe Rueda, presidente de la CCB, y de Emilia Restrepo Gómez, rectora del Colegio de Estudios Superiores de istración (CESA) y con la moderación de Jhon Torres, editor de la Mesa Central de El Tiempo
Tras revelar que en el país no debe haber más de 8.000 empresas catalogadas como grandes, no más de 30.000 medianas, unas 100.000 pequeñas y que el resto –la gran mayoría– son microempresas, Nicolás Uribe resaltó que justamente ellas son las protagonistas de lo que se ha vivido en los últimos años y las historias que cuentan lo que ha sucedido con la emergencia sanitaria y donde la disciplina, la recuperación, la resiliencia, la competencia, la capacidad y el entusiasmo se hicieron presentes.
“Una de las lecciones más importantes en el marco de la pandemia es que nada de lo que tenemos hoy acá, ni nada de lo que todos pudimos haber construido durante este tiempo, hubiese sido posible sin las empresas”, afirmó el Presidente de la CCB.
Según Uribe Rueda, el mensaje más importante alrededor de esta reflexión tiene que ver con que cuando se cerraron las empresas en el mes de marzo, el desempleo se incrementó de manera sustancial, se crearon cerca de 3 millones de nuevos pobres y adicionalmente los ingresos de las personas se redujeron de forma importante, mientras que a medida en la que se fue recuperando la posibilidad de que las compañías pudieran operar, se volvieron a crear empresas, a generar ingresos y se recuperaron –a la fecha de hoy– casi que el 95 por ciento de los empleos que se perdieron con ocasión de la pandemia.
Contenido del libro
Todos esos ingredientes motivaron a la CCB para plasmar en un texto esas vivencias, retos y su reactivación, pero a la vez otros aspectos de interés alrededor de cuándo se tomaron las medidas, cuál fue la evolución de la recuperación de los empleos, qué pasó en abril y mayo de 2020 cuando se llegó al peor nivel de inactividad económica y qué representó eso en términos de pobreza; cómo evolucionó el proceso de vacunación y cuáles fueron los hitos clave para llegar hoy a más de un 70 por ciento de la población completamente vacunada, entre otros temas.
Ana María Fergusson, vicepresidenta de Articulación Público-Privada de la CCB, presentó el contenido del libro ‘El empresariado de Bogotá y Cundinamarca: Fortaleza y resiliencia en tiempos de crisis’. Explicó que este documento recoge la historia de la pandemia con base en tres perspectivas: las políticas públicas y las normas implementadas, las medidas de salud adoptadas, y la respuesta del sector productivo ante la crisis y su posterior recuperación.
Destacó el buen comportamiento de las organizaciones entre 2010 y 2019, donde el número de empresas activas creció en un 72 por ciento y las creadas al año aumentaron en un 44 por ciento. De ese periodo también resaltó que, pese a la caída generalizada en la actividad económica en 2014 y 2015, la dinámica empresarial de la capital nunca presentó descensos importantes.
El libro también realiza una descripción sobre el origen y desarrollo del covid-19, a partir del 11 de marzo de 2020, cuando la enfermedad es declarada como pandemia por parte del Director de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y en momentos en los que ya había más de 40 países afectados, 345 muertes y unos 7.000 casos nuevos diarios.
En esas líneas también se describen las medidas de salud pública adoptadas, al igual que las políticas nacionales y locales que buscaban contrarrestar los efectos económicos y sociales de la pandemia.
La Vicepresidenta de Articulación Público-Privada de la CCB dijo que este documento demuestra que el sector productivo está dispuesto a sortear los grandes desafíos y obstáculos que puedan venir, así como la capacidad de trabajar de manera conjunta para superarlos.
“Fue escrito para que en nuestra historia se reconozcan la fortaleza y la resiliencia de los empresarios y las empresarias colombianos”, subrayó Fergusson.
El evento continuó con el conversatorio en el que participaron Emilia Restrepo Gómez, rectora del Colegio de Estudios Superiores de istración (CESA), y Nicolás Uribe Rueda, presidente de la CCB, con la moderación de Jhon Torres, editor de la Mesa Central de El Tiempo, en el que se abordaron interrogantes alrededor de los cambios generó la pandemia frente a la forma en que se emprende en Bogotá y el país; cómo cambió la forma de innovar al interior de las MiPymes a partir de la pandemia, si hubo modificaciones en el rol de la mujer emprendedora a partir de la pandemia y si con esta experiencia el mundo y el país estarían listos para otra pandemia.
Al respecto, para Nicolás Uribe, uno de los ejercicios más importantes que hicieron la mayoría de las empresas fue actuar sobre la base de un presupuesto cero, en donde se determina en realidad qué se necesita para producir y arrancar, para garantizar el servicio y qué es lo que no se necesita, lo que vuelve a la idea de una compañía que es mucho más hábil para tener un esquema de productividad orientado.
“Lo segundo es el tema de innovación y la apropiación de temas tecnológicos, de donde se derivaron una cantidad cosas como la digitalización y con ella la nube y la prestación de servicios digitales y de ahí la ciberseguridad, aspectos y reflexiones que no existían y que hoy son parte del core de los negocios y que nos van a ayudar –a través de la tecnología– a buscar eficiencia”, puntualizó el Presidente de la CCB.
Por su parte, Emilia Restrepo considera que lo sucedido también ha llevado a la ‘revolución del ser’, donde los intereses y lo que es importante para las personas cambió, porque antes las metas giraban en torno a graduarse de la universidad, hacer una maestría y salir a buscar un empleo que durara 15, 20 o 30 años, para poder tener una vida cómoda y nada más.
Para ella, hoy en día los individuos quieren cosas diferentes, una calidad de vida distinta y ni qué decir de los jóvenes.
“Nosotros lo estamos viviendo a diario en la educación, pero eso lo experimentan ustedes a las empresas. Cuando se analizan los índices de rotación que están teniendo las compañías, nos tenemos preguntar qué está pasando, porque eso generalmente se atribuye a que ellos son flojos o que ya no se les puede decir nada. No será que debemos hacer una reflexión de: ¿será que ellos cambiaron y nosotros no? ¿Nuestros lugares de trabajo tendrán que ser distintos? ¿Esa masculinidad tiene que ser manejada de una forma distinta en las relaciones laborales, dándoles espacios también a los hombres para tener participaciones activas en sus casas?, etcétera”, manifestó la Rectora del CESA.
Por eso invitó a los asistentes a hacerse preguntas muy profundas más allá desde la orilla empresarial, sino mirando cómo es que el ser humano se está transformando, algo que ella ve a diario en la academia, por lo que cree que más allá de crear empleo se debe analizar si se está generando el adecuado, donde la pertinencia entre el mundo productivo y la educación resulta determinante. Consulte el libro completo en
www.ccb.org.co/observatorio.