Hay mucho para exponer, obras que quedan andando y algunas sujetas al vaivén de las circunstancias.
Presentación de resultados. Encuesta de Percepción Ciudadana 2023. Bogotá Cómo Vamos. donde participaron la alcaldesa Claudia Lopez , el alcalde electo Carlos Fernando Galán y el director de la encuesta como vamos Felipe Mariño Cerca del 80 % de los bogotanos están satisfechos con la infraestructura de los colegios públicos: Encuesta de Percepción Ciudadana de Bogotá Cómo Vamos*Esta y otras cifras fueron reveladas por el programa Bogotá Cómo Vamos que mide la percepción ciudadana frente a la marcha de la ciudad y la gestión de la istración.Este resultado se da en momentos en que la actual istración ha invertido el presupuesto más alto en infraestructura en la historia de la ciudad: 2.6 billones de pesos.Educación fue el tercer aspecto que más mejoró en el último año, según las personas encuestadas. Bogotá 8 de noviembre del 2023. FOTO @mauriciomorenofoto / MAURICIO MORENO EL TIEMPO CEET Foto: MAURICIO MORENO EL TIEMPO
Con el final de cada gobierno vienen los balances, los ajustes de último momento, el empujón final y una estrategia de comunicaciones para mostrar resultados. Hay mucho para exponer, obras que quedan andando y algunas más sujetas al vaivén de las circunstancias, de las licitaciones e, incluso, de decisiones judiciales.
Encuentro Claudia López y Carlos Fernando Galán Foto:EL TIEMPO
Y es entendible que cada istración quiera dejar su impronta. Para ser recordada, para compararse con la anterior, para animar a la siguiente o simplemente para permanecer en el tiempo. Esta, la de Claudia López, no pasará desapercibida. Más allá de su carácter o de los rifirrafes con autoridades del orden nacional, ella y todos los mandatarios del país fueron puestos a prueba como pocas veces se volverá a ver. La pandemia, el estallido social, la crisis del empleo, la quiebra de pequeñas empresas hacen de este período el más angustiante de la historia reciente para cualquier gobernante.
Volviendo al tema de los balances, hay otro hecho que caracteriza el final de un mandato y es cierta ansia por dejarlo todo contratado. Una vía, un hospital, un colegio o, como en el caso de Bogotá, el corredor verde por la 7.ª o la Ciudadela Educativa y del Cuidado, en Suba. El costo de ambos proyectos asciende a cerca de cinco billones de pesos.
La alcaldesa y su equipo han defendido ambas iniciativas, los jueces les han dado la razón, al menos en el corredor verde, mientras que el alcalde electo, Carlos Fernando Galán, ha pedido no correr con el tema y permitir que las iniciativas sean revisadas, entre otras –dice él–, porque el mandato popular del 29 de octubre incluye la revisión de uno de los tramos clave del corredor, el que va de la calle 99 hacia el sur, declarado desierto, pero cuyos prepliegos han vuelto a ser radicados por el IDU.
En plata blanca, ambos tienen razón. La mandataria saliente puede contratar hasta el último día de su gestión. Es su programa, es su obra, es su gobierno. No hay ninguna norma que indique que tras la llegada de un nuevo gobierno el tren de licitaciones se detenga. Y es entendible que Galán y su equipo se vean sorprendidos por licitaciones billonarias a las puertas de asumir el control de la ciudad, máxime cuando Bogotá, por cuenta de la pandemia, llevó el cupo de endeudamiento a su máximo nivel.
Los montos que le fueron aprobados por el Concejo se dirigieron a paliar la grave situación que generó la pandemia. Según el secretario de Hacienda, en total la ciudad obtuvo créditos por alrededor de 16 billones de pesos. De tales recursos, Galán no podrá ejecutar nada, pues todo queda comprometido; podría aspirar a un nuevo cupo de deuda hasta por 6 billones de pesos. Si quiere más –y lo necesitará–, tendrá que pedírselo al Concejo en su primer año de gestión.
Se trate de afán o por dejar obras ‘amarradas’, como sugieren algunos críticos, hay algo que trasluce de situaciones como estas y es la sintonía que debería existir entre los salientes y los entrantes. En el caso de la gobernación de Cundinamarca, el actual mandatario también dejará procesos crediticios aprobados para que su sucesor pueda invertirlos y gane tiempo. E intentará hacer lo propio con el relleno sanitario de Mondoñedo o compromisos con varios municipios que ejecutará el nuevo gobernador. Claro, la gran ventaja en Cundinamarca es que se trata de un proyecto político que se viene consolidando desde hace una década; en Bogotá eso, lastimosamente, no existe. Y es justamente lo que le ha faltado: un proyecto de ciudad de largo plazo y una alta dosis de confianza entre quienes se van y quienes llegan.
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