En un estudio comparativo entre los sistemas de transporte masivo de Bogotá y Medellín, TransMilenio y Metro respectivamente, se evidenció que la concentración de contaminantes dentro de los vehículos de servicio público supera las establecidas en las directrices de organismos internacionales sobre exposición diaria.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor de 4 millones de personas mueren prematuramente cada año; la mayoría de las muertes se atribuyen a la exposición de material particulado PM2,5 presente en la atmósfera de las ciudades en forma sólida o líquida (polvo, cenizas, hollín, partículas metálicas, cemento y polen, entre otras).
Los valores guía establecidos por la OMS son tres: material con tamaño de partícula superior a 10 micras; inferior o igual a 10 micras –conocido como PM10– e inferiores a 2,5 micras, o PM2,5. Este último es el más importante en la contaminación urbana, ya que causa enfermedades cardiovasculares y respiratorias, además de cáncer.
El profesor Luis Carlos Belalcázar, del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), señala que al pasar varias horas al día dentro de los sistemas de transporte masivo, estos espacios se convierten en un lugar clave para medir los niveles de exposición que afrontan los s.
El trabajo adelantado por investigadores de las Universidades Nacional, Sergio Arboleda y Nacional Abierta y a Distancia (UNAD) evidenció que en la capital del país los pasajeros de TransMilenio están 10 veces más expuestos a la inhalación de partículas nocivas que en el Metro de Medellín.
En Bogotá, el equipo de investigación se enfocó en las troncales de la calle 80, Caracas, Autopista Norte, Norte-Quito-Sur (NQS) y calle 26. En Medellín se adelantó en el Sistema Integrado de Transporte del Valle de Aburrá (sitva) y también se analizó el Metro, Metrocable y Tranvía (eléctricos) y el Metroplús brt, que funciona con gas natural comprimido.
Andrés Montenegro Vergara
UN Periódico Digital