La frijolada más barata del centro de la ciudad se consigue en un carro de comidas que se mueve desde la carrera séptima con 24 hasta la séptima con 19.
La dueña del puesto de los fríjoles más apetecidos por los vendedores ambulantes se llama Yovana Ramírez, una cocinera que inició el negocio vendiendo arepas rellenas de queso y aromáticas hace aproximadamente tres años durante los momentos de pandemia en los que dejaban salir por sectores.
Ramírez vio una nueva oportunidad de negocio cuando los comerciantes del sector de San Victorino le pedían comidas más fuertes pues las arepas se acabaran en una hora y la aromática era muy lenta de preparar. Además, llegó a la conclusión de que las tres características que debe tener un almuerzo para el éxito de su negocio son las de "bueno, bonito y barato".
De allí surgió la idea de empezar a vender platos más fuertes y, junto con su esposo, inició el nuevo negocio en el sector conocido como el "Trasnochón".
Es así que Ramírez concretó su idea inicial de vender sopas y platos más fuertes y creó el apetecido plato del centro de la ciudad: fríjoles con espinazo de cerdo, arroz, tajadas y ensalada acompañada con agua a.
A pesar del éxito del plato, Ramírez ha tenido que ajustar los precios de venta de su plato, que prepara todos los martes y jueves y que intercala con otros alimentos como el pollo frito, chuleta asada o arroz con pollo.
"Ahorita está complicado por la materia prima la que estaba vendiendo en dos mil, que era el plato pequeño, está saliendo a seis mil; el plato grande se está vendiendo a ocho mil y era un plato que valía cinco mil. Es para que nos genere algo de ingreso", asegura Ramírez en un video de Las2Orillas.
Asimismo, la mujer reconoce que escuchar de manera atenta es lo que le ha permitido ampliar la variedad de oferta de su puesto de comida y mantener la calidad de su atención, pues gracias a su atención al detalle es que ha logrado identificar las particularidades de cada cliente y brindar una atención personalizada.
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