Ni siquiera han cumplido los 5 años y ya están interesados en el cuerpo femenino o masculino, según el caso, pero no precisamente porque sean unos niños o niñas “morbosos”; la explicación tiene que ver con una etapa obvia de reconocimiento del cuerpo humano.
“Los
niños y niñas pueden tener comportamientos sexuales, pero el morbo lo ponemos los que lo interpretamos. Si los niños, en edad preescolar, le tocan los senos a la tía, es parte de su desarrollo. Buscan placer, afecto, protección o seguridad, y es el adulto el que rotula el comportamiento como inadecuado”, explica el psicólogo clínico Guillermo Arévalo Parada, epidemiólogo y director general del centro de acondicionamiento físico infantil Sport Medicine Kids.
José Manuel González, psicólogo y sexólogo del Centro de Psicología y Sexología del Caribe, está convencido de que antes del desarrollo sexual (que ocurre en la adolescencia), los niños no tienen suficientes hormonas para sentir como adultos, pero sí sienten: “El niño quiere abrazar, besar, pero no piensa en penetrar, por ejemplo”, asegura.
Lo que ocurre es que los niños en edad
preescolar buscan hacer la diferenciación entre el cuerpo de un adulto y el de un niño. Para la psicóloga Kerly Jiménez, algunos padres son más liberales y, por ejemplo, se bañan son sus hijos; mientras que otros son más escrupulosos. De todas maneras, tarde o temprano, el niño hará la diferencia al ver un cuerpo adulto en una cartilla, un juego o en el colegio. “Los niños quieren responder la pregunta ¿por qué su mamá es distinta? o ¿por qué mi papá es diferente? Tienen curiosidad”, asegura.
Comportamientos usuales
Como parte del proceso de reconocimiento del otro aparecen las preguntas indiscretas que suelen sonrojar a los adultos. Según el especialista, estas obedecen a que el menor de edad se está preparando para la pubertad prácticamente desde que nace, así que preguntará todo lo que quiere conocer para aclarar dudas. “Los niños no preguntan inocentemente, normalmente quieren confirmar algo que se están imaginando o que alguien les ha dicho”, explica la psicóloga Kerly Jiménez.
Según la especialista, no es correcto que los padres sean restrictivos en cuanto a la información que busca conocer el niño. Para evitar que se inhiban, es necesario responderles con la verdad y con claridad.
A veces, como parte de la curiosad que tienen los niños, algunos se sienten atraídos por las barrigas de las mujeres embarazadas, pregunten sobre el tema e incluso intenten acariciarlas. ¿Qué tan adecuado es esto?, se preguntan los papás. Según el psicólogo clínico Guillermo Arévalo Parada, aclarar sus dudas puede ser una gran oportunidad
para darle conocimiento al
niño y explicarle la razón por la que la mujer se ve así. “Eso sí, siempre llamando a cada cosa por su nombre, sin distorsionar la realidad”.
Esta situación no se puede asociar con morbosidad en el niño, es simplemente otra pregunta que le surge en esta etapa. De igual manera, cuando un niño toca, roza o pinta sus
genitales o los de los demás, tampoco lo hace porque tenga algún mal pensamiento: “Se trata de autoconocimiento y necesita un acompañamiento por parte de un adulto para que dialogue con él y le pregunte qué siente”, explica la sicóloga Kerly Jiménez.
También es común que los niños vean con entusiasmo a las mujeres semidesnudas que posan en las revistas, se queden mirándolas por algún tiempo e, incluso, en algunos casos, pueden llegar a decir: “Yo quiero una novia así”. Esto no significa que tengan fantasías
sexuales con la modelo. Su actitud hace parte del reconocimiento del cuerpo del otro. Cuando los padres se enfrentan a una situación como esta, no deben guardar silencio: “Lo adecuado es explicarle que una mujer así no es apta para su edad: ‘Cuando tengas una novia como ellas, serás adulto, pero todavía no lo eres, así que tienes que esperar’, le pueden decir, sin dar más información de la que el
niño está preguntando”, recomienda la psicóloga.
Si algun padre tiene alguna duda sobre el comportamiento de su hijo o hija, puede consultar con un experto. Seguro lo tranquilizará.