Aliste la lonchera
Aliste la lonchera
Entre los dos y los cuatro años, los pequeños se adaptan más fácil al ambiente escolar. Después de las pataletas generadas por lo desconocido, disfrutarán del nuevo espacio, de sus compañeros y de los diferentes juegos.
Para eso tenga en cuenta que:
:: Debe ser comprensivo y mantenerse tranquilo. Explíquele claramente por qué tiene que ir a ese lugar y qué se va a encontrar allí.
:: Despídase con una sonrisa. Nada de llorar.
:: Interésese por lo que su hijo hizo en clase, pregúntele por las actividades y lo que aprendió.
Aparecen los miedos
El primero será el temor a lo desconocido, como consecuencia de los cambios a los que se enfrenta. Se podría decir que hasta tendrá un comportamiento tonto. Este primer o con otros niños puede llevarlos a ser tímidos y crear amigos imaginarios, porque aún no distinguen realidad de fantasía.
También están los miedos a la oscuridad, a las personas disfrazadas, a animales o incluso a la separación. Si usted le ayuda a sentir emociones como la alegría o la seguridad, será más fácil que pueda superar estos temores.
Las palabrotas
Cerca de los tres años, junto con el desarrollo del lenguaje, los niños aprenden a decir groserías y palabras que usted no imaginaría en su hijo. Pero si quiere que esto no sea más que una etapa pasajera, entienda que los niños crean fascinación por estas palabras, cuando ven la reacción de los adultos.
No se escandalice, tómelo con naturalidad y, por el contrario, ofrezca palabras alternativas; pero nunca ignore esta conducta.