La esclerosis múltiple presenta distintas etapas. En el caso de Pedro la enfermedad tuvo una acelerada progresión que desde el inicio desgastó rápidamente su salud. También se presentan recaídas, que se caracterizan por la aparición de un nuevo síntoma y luego puede pasar un tiempo (que en promedio puede ser de año y medio) sin que aparezca una nueva crisis.
Los interferones (comercializados en cuatro productos) son medicamentos que han demostrado eficacia para controlar los síntomas. Su acción consiste en controlar el ataque del sistema inmunológico a la mielina. De esta manera, se controla la frecuencia de las recaídas y se retrasan las incapacidades que generan los síntomas.
La neuropediatra Tenembaum asegura que esta es una “enfermedad para toda la vida. Mi experiencia en chicos es que sí responden al tratamiento y no tienen recaídas. Viven inyectándose, van a control y yo les doy un ejemplo: si el diabético tiene que inyectarse todos los días, tú tienes que hacerlo según tu esquema, tres veces por semana o día intermedio”.
De esta manera un diagnóstico, dado por el reconocimiento acertado de los neuropediatras, favorece el tratamiento y ayuda a controlar discapacidades como la ceguera o el uso de silla de ruedas. Los incipientes estudios no han demostrado que la enfermedad disminuya la expectativa de vida de los pequeños, por eso un análisis temprano mejoraría la calidad de vida de los niños que la padecen.
En Colombia solo existen 67 neuropediatras, lo que hace más complicada la atención a los niños con alteraciones neurológicas como epilepsia, parálisis cerebral, autismo o trastorno de hiperactividad. Tres universidades en todo el país ofrecen la sub especialización.