Entre más gordito se vea un niño más saludable está, dicen las mamás. Pero esta creencia errónea ha llevado a que la población infantil sufra cada vez más de sobrepeso y que ahora se esté volcado hacia unas nuevas tendencias de vida sana.
Un pancito en la mañana y si se puede repetimos. Un roscón a las medias nueves, un biscochito después del almuerzo y unas galletas a las onces. Esa es una rutina de alimentación muy común y generalizada, lo que lastimosamente, ha llevado al aumento de peso en la población mundial, desde los más pequeños. Y un niño gordo tiene todas las posibilidades de ser un adulto obeso y con problemas cardiacos o diabetes. Por eso, establecer conductas adecuadas desde la infancia generará buenas dietas más adelante. Y no solo es asunto de los niños. Si los padres comen bien, los hijos comerán bien.
La Organización Mundial de la Salud creó una Estrategia Mundial sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud para detener las cifras alarmantes de obesidad. En el 2004 se calculaba en 22 millones el número de menores de cinco años con sobrepeso en todo el mundo y no es un problema exclusivo de los países en desarrollo.
El Comité de Salud y Nutrición para Colombia se creó con el apoyo de varias entidades para fortalecer la lucha contra esta epidemia en nuestro país y está conformado por la Asociación Colombiana de Nutrición Clínica, Acodin (Asociación Colombiana de Dietistas y Nutricionistas, Academia Nacional de Medicina, Ascofame (Asociación Colombiana de Facultades de Medicina) y Maloka.
Y una de las principales políticas es enseñarles a los colombianos a comer adecuadamente y en ese plan se quiere promover la inclusión de los cereales integrales en la dieta, alimentos que pueden reemplazar a los refinados como el plan blanco y los biscochos que son deliciosos, pero que engordan y terminan por producir enfermedades crónicas.
Cereales integrales, la mejor opción contra la obesidad
Cambiar el pan por unas arepas de maíz entero, unas galletas integrales a cambio del roscón, muchas frutas y verduras brindan los nutrientes necesarios para tener una mejor salud.
Además de la fibra, la cáscara de los granos contiene hierro, riboflavina y niacina, que protegen al organismo de varias enfermedades. Por ejemplo, disminuyen la posibilidad de sufrir problemas coronarios, los niveles de colesterol malo bajan, baja el riesgo de padecer diabetes tipo 2 y mantiene la glicemia en los niveles adecuados.
De igual manera su consumo ayuda a mantener el Índice de Masa Corporal adecuado, lo que significa disminuir el riesgo de padecer obesidad.
Por eso, para que su hijo sea un niño y luego un adulto sano, incluya tres raciones diarias de estos alimentos que pueden ser trigo, avena, maíz, arroz y centeno. Reste en las dietas el pan blanco y todas aquellas fórmulas de panadería que pueden inducir a los niños a ser bastante cachetones y un poco barrigoncitos. Al contrario de lo que se cree, un niño ‘repuestico’, no es sinónimo de un pequeño saludable.
Juliana Rojas H.
Redactora ABC del Bebé