Estímulos o esfuerzos mínimos, como la tos, los estornudos, el llanto o simplemente la risa pueden desencadenar goteos incontrolables en las mujeres embarazadas desde el primer trimestre de gestación.
Si se presenta, no hay que alterarse ni angustiarse, pero sí consultar al ginecoobstetra tratante pues se trata de un episodio de incontinencia urinaria. Antonio Lomanto Morán, presidente de la Asociación Colombiana de Ginecología Urológica, explica que la Sociedad Internacional de Continencia Urinaria define la incontinencia urinaria como la salida involuntaria de la orina.
Y agrega que aunque las salidas involuntarias de orina pueden presentarse de forma espontánea, es muy probable que si antes del embarazo si hubo episodios de incontinencia, cuando llega la gestación, se puede incrementar hasta en el 80 por ciento la probabilidad de que la presenten de nuevo y, posiblemente, con mayor intensidad.
Los motivos
En el caso de las gestantes, la incontinencia se manifiesta con frecuencia por dos razones principales:
“En el embarazo, el incremento en la cantidad de la hormona progesterona produce cambios en los tejidos a nivel de su estructura, haciéndolos más blandos, lábiles y sensibles”, asegura el doctor Lomanto. De esta manera, los músculos encargados del control de los esfínteres disminuyen el tono; es decir, su capacidad de estar tensos, fuertes y recogidos. “El espacio que ocupa el útero, comprime la vejiga y hace que disminuya su capacidad para retener la orina; por ello, las mujeres deben obedecer el deseo de orinar de forma inmediata”, sostiene María Francisca Echeverri Harry, geriatra y especialista en el tema de la incontinencia.
Sin pena
Las personas que padecen de incontinencia suelen sentirse avergonzadas y por ello entre el 30 y 40 por ciento evitan abordar el tema y en algunos casos ni siquiera consultan al médico, con cuya asesoría justamente se podría asimilar, tratar y manejar la situación con mayor facilidad.
“Tener incontinencia urinaria no es un problema por sí mismo, pero ocultarlo puede deteriorar significativamente la calidad de vida de la persona. En cambio, si se toman las medidas adecuadas, es posible prevenir y contrarrestar las repercusiones que puede tener a nivel laboral, afectivo y sexual”, dice el doctor Lomanto.
Recomendaciones y prevención
El doctor Lomanto afirma que las gestantes son más propensas a sufrir infecciones urinarias porque sus defensas bajan desde los primeros días de gestación.
De hecho, un estudio dado a conocer recientemente en el XXVI Congreso Colombiano de Ginecología y Obstetricia* por la doctora Teresita Mazzei, presidenta de la Sociedad Internacional de Quimioterapia y profesora del Departamento de Farmacología preclínica y clínica de la Universidad de Florencia (Italia), demostró que entre el 4 y el 7 por ciento de los casos de bacteriuria asintomática son presentados por mujeres embarazadas y que las infecciones sintomáticas también se manifiestan en ellas entre el 1 y 2 por ciento, y entre este último grupo, la cistitis aguda es la más frecuente.
De igual manera, la doctora Mazzei aclaró que si una gestante tiene una infección en el tracto urinario, existen medicamentos que no solo son eficaces para combatirla, sino que además son completamente seguros tanto para la madre como para el bebé.
Las mujeres deben hacer ejercicios de contracción de los músculos pélvicos y tener la disciplina de ir al baño con regularidad para que no detengan el deseo de micción de forma repetitiva.
Es importante vaciar la vejiga antes de las relaciones sexuales durante el embarazo. “Si el goteo se presenta, esto debe tomarse de forma natural, conversar con la pareja y consultar al ginecólogo”, comenta la doctora Echeverri. abc
En el posparto
Durante el puerperio, la mayoría de las mujeres recuperan el tono normal de sus músculos, aunque otras pueden continuar con algunas secuelas de incontinencia, pero no tan severa como la que se presentó en el embarazo. Por su parte, la doctora Echeverri afirma que “es precisamente por el ‘estiramiento’ que sufren los músculos pélvicos y por el peso del útero que soportan durante todo el embarazo, que tienden a no contraerse después del parto, sobre todo si la mujer es multípara; o sea, aquella que ha tenido más de un parto”.
El doctor Lomanto dice que existen otras causas o factores de riesgo por los cuales puede presentarse incontinencia una vez ha terminado el embarazo, entre ellos: “Obesidad, un parto a edad muy temprana, mal atendido, complicado o que haya requerido de episiotomía (incisión que se hace en el canal del nacimiento) y un bebé que al momento del parto haya tenido un peso significativamente alto; es decir, mayor o cercano a los 4 kilos”.
*Por invitación de Zambon Colombia
Por Melissa Serrato Ramírez
Redactora ABC del bebé