En época de descanso todo es diversión, sol y tiempo para estar en familia, sin embargo, no debes descuidar a tus niños durante estos días y, una de las medidas primordiales es consultar al pediatra antes de viajar, para estar seguros de que los niños cuentan con un estado de salud óptimo y que su esquema de vacunas esté al día. Además, estarán preparados para afrontar cambios de clima, ambiente o rutinas, al visitar nuevos lugares.
Entre los posibles impases que pueden presentarse durante los viajes de vacaciones están los cuadros gripales, debido a los cambios de temperatura y ambiente, incluso, acompañados de fiebre con lo que tu pequeño puede sentirse bastante mal.
Sin embargo, no es algo por lo que debas alarmarte pero sí atender el malestar para que no se complique y, sobre todo no automedicar a tu pequeño, lo que puedes es controlar el cuadro gripal, ayudándote con un botiquín de emergencia en el que incluyas: termómetro, alcohol, gasa, bandas adhesivas y los medicamentos recomendados por el médico para los dolores frecuentes de tu hijo.
Igualmente, los especialistas recomiendan que mantengas muy bien hidratados a los niños principalmente suministrándoles vitamina C, como un alimento esencial para aportar defensas a su organismo, pues las gaseosas y demás líquidos no logran llenar estas necesidades en el cuerpo del niño.
Otro de los factores relevantes a tener en cuenta es que debes evitar el consumo de alimentos en la calle, pues, generalmente, no tienen control de higiene y lo cual no es seguro para la salud de tus niños y podría ocasionarles un momento desagradable al enfermarse de un malestar estomacal o una infección de cualquier tipo.
Por ello, ABC del Bebé les habla a continuación de los contratiempos médicos más frecuentes que sus niños pueden padecer al cambiar de rutinas y ambientes durante las vacaciones, para que estén atentos a estas recomendaciones y disfruten al máximo del descanso y la compañía de todos en familia.
Las consultas se centran en el desarrollo del pequeño y los cuidados que se deben tener al suministrarles los primeros alimentos, cosa que en vacaciones se complica, pues, generalmente tú no puedes preparar sus comidas. También, las consultas pediátricas se saturan por las citas frecuentes debidas a la excesiva exposición solar y las medidas de protección que se deben tomar para evitar que los niños sufran quemaduras o irritaciones en la piel, especialmente cuando se viaja al mar o a zonas calurosas.
En esta etapa las consultas más frecuentes son por falta de apetito, problemas respiratorios e infecciones como otitis y amigdalitis, incluso, los virus que pueden ocasionar síntomas como diarrea o fiebre, y que son fáciles de adquirir en esta época de vacaciones, pues el cambio de clima y ambiente tienden a afectar su sistema respiratorio.
Al pasar mucho tiempo con otros niños, tu pequeño puede contagiarse de infecciones respiratorias y los padres consultan por la ingesta de productos no adecuados, por eso las vacaciones son una oportunidad para que tu hijo pueda aprender nuevas rutinas y cambiar hábitos de alimentación, dándose la oportunidad de ampliar su menú y fortalecer su sistema digestivo.