La ciencia ha dedicado importantes capítulos de trabajo al estudio de la composición de la leche humana y sus maravillosas propiedades benéficas para la salud, desde el nacimiento y para el resto de la vida.
Y es que la calidad de la leche materna es tan especializada que aporta la principal fuente de nutrientes que requiere el bebé, en sus primeros seis meses. Además, este prodigioso alimento natural, fortalece el vínculo afectivo entre madre e hijo, y le aporta un cúmulo de anticuerpos que fortalecen su sistema inmunológico, de tal forma que le permiten, tras el parto, adaptarse fácilmente a su nuevo entorno.
De hecho, una reciente investigación ha demostrado que los anticuerpos que llegan al recién nacido por la leche de mamá, pueden hacerlo inmune a muchos males y afecciones de por vida. Así lo manifestaron los expertos de la Universidad de Birmingham, de Reino Unido, quienes determinaron que las células de la leche materna trasmiten a los niños inmunidad frente a un grupo específico de bacterias que haya contraído la madre, antes o durante el embarazo, formando una barrera protectora en el pequeño, que no solo dura los primeros años sino en la adultez.
La investigación hasta el momento está en fase de práctica en ratones lactantes, hijos de una madre infectada por un gusano, antes del embarazo. Tras el seguimiento, se descubrió que los pequeños roedores, gracias a las células de la leche materna, adquirieron protección vitalicia contra esa infección que afectó a su progenitora, haciéndolos inmunes al virus.
De acuerdo con los científicos que participaron del estudio, los resultados reafirman la importancia de la leche materna para el desarrollo del bebé y su adaptación al mundo externo, evidenciando que ésta, no solo es un alimento básico, sino una fuente de inmunidad a largo plazo, en caso que la madre haya sido expuesta a cualquier fuente de infección, previniendo futuros contagios en sus pequeños.
William Horsnell, médico inmunólogo del Instituto de Microbiología e Infección de la Universidad de Birmingham expresó: “la transferencia inmune de la madre al bebé a través de la lactancia es una fuente primordial de protección contra las infecciones, no solo en la vida temprana, sino que genera inmunidad celular de por vida en los bebés”, lo que además demuestra, la importancia de la presencia de mamá y el cómo ella es determinante en la salud de su descendencia.
Adicionalmente, este nuevo trabajo médico y científico abre el camino en el desarrollo de nuevas vacunas para las gestantes, de tal forma que protejan a sus hijos de manera amplia y extendida en el tiempo, así lo afirmó el profesor Adam Cunningham, docente de inmunidad funcional, de la misma universidad británica.
“Hoy las vacunas para las mujeres embarazadas son muy importantes para proteger el sistema inmunológico de ellas y sus pequeños, sin embargo, se consideran transitorias”, por lo que “estos nuevos hallazgos ayudan en el diseño de estrategias de vacunación materna que brinden seguridad a largo plazo”, añadió.