La noticia de una mujer que fingió un embarazo en Barranquilla fue tendencia en el país en los últimos días. Todo empezó porque Antonella Milena Santiago Padilla, de 37 años, debía dar a luz el sábado pasado. Sin embargo, la mujer les dijo a sus familiares que desconocidos la sedaron para sacarle del vientre a su bebé.
Fue llevada al hospital Niño Jesús y el dictamen determinó que la mujer nunca estuvo embarazada. La noticia, incluso, fue confirmada por el comandante de la Policía Metropolitana de Barranquilla, Mariano Botero Coy.
De hecho, hace 21 años también ocurrió un caso similar en la capital del Atlántico que fue ampliamente difundido en medios de comunicación, el cual bautizaron como la ‘barriga de trapo’.
Pero, ¿qué hay detrás de estos casos de embarazos fingidos? Rodrigo Córdoba, jefe del departamento de Psiquiatría de la Universidad del Rosario, explica que pueden existir tres posibilidades para que una persona incurra en este tipo de actos:
- Pseudociesis: “Una posibilidad es que tenga características propias de una enfermedad. La persona da por hecho que tiene un embarazo, y casi tiene manifestaciones como si tuviera todos los cambios fisiológicos, y es en lo que en su momento se llamó ‘pseudociesis’. Esto es un trastorno mental específico”.
- Delirio: “Cuando hay una incapacidad de diferenciar la realidad interna de la externa, es decir cuando se habla de los cuadros psicóticos. Estas son ideas delirantes que se dan por hecho y que no solo las viven, sino que las creen”.
- Aceptación social: “Cuando existen características de personalidades en personas que buscan algún tipo de ganancia secundaria, intentando conseguir algunos beneficios con su pareja, fortalecer vínculos o crear algún tipo de preocupación en su pareja. En conclusión, buscan un propósito de beneficio personal”.
Córdoba reconoció que este tipo de casos son particulares y requieren un análisis más profundo y aconseja buscar ayuda con un especialista cuando una situación similar ocurra. “Sobre esto no hay estudios que conozca y muchas veces nos enteramos de ellos porque se hacen visibles en medios de comunicación”.
Por su parte, Carolina Méndez Sánchez, jefe del centro de servicios de psicología de la Universidad de La Sabana, menciona dos escenarios en los cuales una persona puede fingir un embarazo y las causas que esto conlleva:
- Reforzadores sociales: “Puede que alguien, desde su historia personal, necesite atención por parte de su familia o de su pareja y recurre a un embarazo para conseguirlo Un reforzador es la probabilidad de que una persona incurra en una conducta determinada para obtener un beneficio, lo cual puede ser un regalo o atención.
- Deseos de ser madre: “Hay mujeres que pueden tener deseos inmensos de ser mamás y pueden presentar embarazos psicológicos (…), incluso puede haber síntomas físicos relacionados. En algunos casos y en ciertas edades o contextos, suelen presentarse presiones sociales que lleven a una mujer a fingir esta situación”.
En cuanto a las consecuencias, Méndez mencionó que “si hay un embarazo desde la fijación, las consecuencias pueden llevar a una depresión o a un trastorno a nivel emocional, al darse cuenta que era algo que nació desde su deseo y no correspondía a la realidad”.